El nuevo Centro de Convenciones del Blue JackTar en Puerto Plata es un escenario idóneo para la celebración de encuentros profesionales tanto como lo es para la realización de conciertos.
El pasado sábado fuimos testigos de la experiencia de disfrutar la actuación de un artista de la calidad de Francisco Céspedes, uno de esos cuyas canciones siempre convocan a rememorar sentimientos y buenos tiempos. Uno que escribió canciones que ya nunca saldrán de nuestros corazones.
A su actuación le precedió la de dos jóvenes talentos locales: Pablo García y Rose Mateo, quienes lograron concitar el interés del público por el repertorio de canciones conocidas interpretadas, en el caso del primero, se aventuró a interpretar una canción de William Liriano, saliendo airoso de la prueba.
El encuentro con Pancho, fue varias veces satisfactorio, pues además de su propia presencia, de traje y barba azul, mucho más estilizado de lo que recordábamos -por supuesto, también más acostumbrado a su nuevo estilo-, este destiló buen humor, contó las historias de algunas de sus canciones y recordó varias novias y amigas que se fueron, logrando una gran empatía y conexión con el público que se dio cita en su concierto, con un impecable montaje a cargo de
Otra de las razones para calificarlo de altamente satisfactorio tiene que ver con el derroche de buena música de la banda, la perfección vocal del artista y la interpretación de canciones tan queridas por el público como “Señora”, “Todo es un misterio”, “Dónde está la vida”, junto al dominicano Pablo
García (que dejó una muy buena impresión en los presentes), “Remolino”, “Pensar en ti”, “Que tu te vas”, “Quédate hoy”, “Qué hago contigo”, “Vidaloca”, entre tantas otras.

A esto hay que sumarle, un montaje exquisito y funcional de José Antonio y Mileyka Brugal, pendientes de todo y de todos en todo momento.
El repertorio de Pancho incluyó una acertada selección de boleros clásicos (sentado) y una otra de sones clásicos cubanos (bailando) y canciones en inglés que fueron muy bien recibidas y que reafirmaron una vez más no solo la calidad interpretativa del artista y su pluma, sino además sus capacidades complementarias que lo convierten en un entretenedor de primera categoría.
Gritos a brazos abiertos y acompañamiento en la interpretación de las canciones más famosas matizaron el nuevo encuentro con Pancho, en el que nueva vez el cantautor convocó los sentires, los recuerdos y a la vez puso a los corazones a soñar nueva vez con el amor.